Los servicios y/o productos que se han ofrecido en los hoteles, hasta ahora, han sido tratados como complementarios al alojamiento, a menudo, sin darles la importancia que realmente tienen de cara a la personalización y diferenciación de nuestro hotel frente a la competencia.
En este momento de incertidumbre, dónde vivimos una disminución de las reservas y, en consecuencia, de falta de cashflow, debemos encontrar la forma de rentabilizar todas las instalaciones y servicios de nuestro hotel. Hoy más que nunca es imprescindible mejorar el modo en el que ofrecemos, comunicamos y vendemos nuestros servicios.
Poner a la venta nuestros servicios y/o productos, no sólo mejoraran nuestra diferenciación respecto a la competencia y la experiencia del usuario, sino que, al cobrar por adelantado estas actividades, aumentará nuestro cashflow.
Los huéspedes han cambiado su forma de viajar, bien sea por las medidas restrictivas o por la incertidumbre, por ello es momento de aprovechar las escapadas del turista nacional y crear productos que capten su atención, como por ejemplo acceder al spa o los bonos para regalar a amigos y familiares.
La primera pregunta que deberíamos hacernos es ¿qué queremos o podemos ofrecer que no tenga el resto? Y, a partir de ahí trabajar para sacarle el máximo potencial.
Definir una oferta de alojamiento y servicios, bajo un mismo canal, va a suponer una diferencia competitiva muy importante en este escenario pandémico y, sobre todo, post pandémico. Dónde los usuarios buscan nuevas formas de alojamiento.